La mielopatía cervical es una enfermedad producida por la compresión de la médula espinal en la zona del cuello. Puede causar dolor cervical, pérdida de fuerza, alteraciones de la marcha, hormigueos y torpeza en manos y brazos, entre otros síntomas.
Cuando estas limitaciones afectan al desempeño laboral de forma continuada, sí puede reconocerse una incapacidad permanente.
En este artículo te explicamos en qué casos se concede, los grados posibles, qué requisitos exige el INSS y cuándo conviene solicitarla.
¿QUÉ ES LA MIELOPATÍA CERVICAL Y CÓMO AFECTA AL TRABAJO?
La mielopatía cervical suele aparecer por desgaste degenerativo, hernias discales, traumatismos, estenosis del canal medular o artrosis avanzada.
En estadios moderados o graves puede provocar:
- Dolor cervical crónico.
- Pérdida de fuerza en brazos y manos.
- Dificultad para caminar o mantener el equilibrio.
- Rigidez muscular y limitación de movilidad.
- Falta de precisión en movimientos finos.
- Fatiga y reducción de capacidad funcional.
- Incontinencia urinaria en fases avanzadas.
Estas limitaciones pueden impedir tareas físicas, posturas mantenidas, esfuerzo con brazos, carga de peso o trabajos que requieran precisión manual.
¿CUÁNDO SE PUEDE SOLICITAR INCAPACIDAD PERMANENTE POR MIELOPATÍA CERVICAL?
El INSS puede reconocer una incapacidad cuando la enfermedad ocasiona secuelas estables y resistentes al tratamiento, como intervenciones quirúrgicas sin resultado funcional satisfactorio.
Será relevante aportar:
- Informes de resonancia magnética (RMN).
- Exploraciones neurológicas.
- Valoración de fuerza y sensibilidad.
- Informes de rehabilitación y evolución.
- Informes de mutua u hospital.
- Limitaciones funcionales y relación con el trabajo habitual.
La clave no es solo el diagnóstico, sino cómo afecta a la capacidad laboral.
GRADOS DE INCAPACIDAD MÁS HABITUALES
Incapacidad Permanente Total (IPT)
Posible cuando la enfermedad impide el trabajo habitual, especialmente en profesiones con esfuerzo físico, carga de peso o uso intensivo de brazos y manos.
Ejemplos habituales:
- Albañiles.
- Conductores profesionales.
- Carpinteros.
- Camareros con carga continua.
- Operarios industriales.
Permite trabajar en otro oficio compatible.
Incapacidad Permanente Absoluta (IPA)
Indicada cuando la persona no puede realizar ningún trabajo con continuidad, debido a dolor crónico, claudicación de la marcha, pérdida severa de fuerza o torpeza manual persistente.
Frecuente en casos con:
- Déficits neurológicos avanzados.
- Cirugía sin recuperación funcional.
- Dolor severo no controlable.
- Inestabilidad importante de la marcha.
Gran Invalidez (GI)
Poco frecuente en mielopatía cervical, pero posible en casos extremos con dependencia para actividades básicas.
¿CÓMO MEJORAR LAS POSIBILIDADES DE CONCESIÓN?
Recomendaciones clave:
- Reunir informes recientes y detallados.
- Acreditar limitaciones funcionales concretas.
- Demostrar fracaso o escasa respuesta al tratamiento.
- Relacionar secuelas con tareas que exige el trabajo.
- Solicitar valoración legal especializada.
En Fidelitis hemos acompañado a numerosos pacientes con patologías cervicales que finalmente han obtenido su incapacidad cuando el INSS la denegaba inicialmente.
En resumen, sí, la mielopatía cervical puede dar lugar a una incapacidad permanente, especialmente cuando provoca dolor crónico, pérdida de fuerza, torpeza manual o dificultades para caminar que impiden desarrollar la actividad laboral habitual con normalidad.
Con informes médicos completos y asesoramiento jurídico especializado, es posible obtener IP total, absoluta o incluso una revisión por agravamiento si el cuadro evoluciona.
¿Sufres mielopatía cervical y tu trabajo se ha vuelto incompatible con tus limitaciones? En Fidelitis estudiamos tu caso gratis y te ayudamos a solicitar o recurrir la incapacidad permanente si te corresponde.
Revisado jurídicamente por Lucian Eduard Bighiu