Tener reconocida una discapacidad del 65% no significa necesariamente que una persona no pueda trabajar. De hecho, la ley española contempla la posibilidad de desarrollar una actividad laboral en muchos casos, siempre que la discapacidad no impida el desempeño de las funciones propias del puesto.
Además, contar con un grado igual o superior al 65% implica acceder a beneficios fiscales, laborales y sociales que pueden facilitar la incorporación o continuidad en el empleo.
En este artículo de Fidelitis, te explicamos qué opciones existen, qué límites hay y qué derechos corresponden a los trabajadores con discapacidad reconocida.
¿QUÉ SIGNIFICA TENER UNA DISCAPACIDAD DEL 65%?
El grado de discapacidad es una valoración oficial que realiza el equipo de valoración (EVO) del IMSERSO o del órgano competente de cada comunidad autónoma.
Una discapacidad del 65% se considera discapacidad severa, y supone que la persona presenta limitaciones importantes en su vida diaria o en su capacidad laboral.
No obstante, este reconocimiento no impide trabajar, sino que establece un marco de protección y apoyo que puede incluir:
- Adaptaciones en el puesto de trabajo.
- Acceso a empleo protegido o centros especiales de empleo.
- Bonificaciones para las empresas que contraten personas con discapacidad.
- Exenciones y deducciones fiscales.
¿ES COMPATIBLE LA DISCAPACIDAD DEL 65% CON EL TRABAJO?
Sí. Una persona con una discapacidad del 65% puede trabajar por cuenta ajena o por cuenta propia, siempre que su condición lo permita y el tipo de trabajo sea compatible con sus limitaciones funcionales.
No obstante, hay que distinguir dos situaciones diferentes:
1. Personas con discapacidad sin pensión de incapacidad
Si la persona tiene reconocida una discapacidad del 65%, pero no cobra una pensión por incapacidad permanente, puede trabajar sin ninguna restricción.
En este caso, el reconocimiento de la discapacidad sirve sobre todo para acceder a beneficios sociales y laborales, pero no limita la posibilidad de desempeñar un empleo.
2. Personas con una pensión de incapacidad permanente
Si, además de la discapacidad, el trabajador percibe una pensión de incapacidad permanente, la compatibilidad con el trabajo dependerá del grado de incapacidad reconocido:
- Incapacidad permanente parcial: compatible con cualquier empleo, incluso en la misma profesión.
- Incapacidad permanente total: compatible con trabajos distintos a la profesión habitual.
- Incapacidad permanente absoluta o gran invalidez: solo compatibles con actividades no lucrativas o de carácter terapéutico, previa autorización del INSS.
BENEFICIOS LABORALES Y FISCALES PARA PERSONAS CON DISCAPACIDAD DEL 65%
Las personas con discapacidad igual o superior al 65% disfrutan de una amplia red de ventajas legales. Entre las más importantes destacan:
1. Beneficios laborales
- Reserva de empleo: las empresas públicas y privadas con más de 50 trabajadores deben reservar al menos un 2% de sus puestos a personas con discapacidad.
- Centros Especiales de Empleo: ofrecen puestos adaptados y apoyo a la inserción laboral.
- Adaptación del puesto: el empleador debe garantizar la accesibilidad y ergonomía necesarias.
2. Beneficios fiscales
- Reducción del IRPF: los trabajadores con discapacidad tienen mayores mínimos personales y familiares en su declaración de la renta.
- Deducciones por compra o adaptación de vivienda.
- Exención del impuesto de matriculación y reducción en el de circulación en vehículos adaptados.
3. Ayudas sociales
- Bonificaciones para empresas que contraten personas con discapacidad.
- Prestaciones complementarias y descuentos en transporte público, cultura y ocio.
- Prioridad en programas de vivienda protegida o formación profesional.
TRABAJAR Y MANTENER LA PENSIÓN: CÓMO HACERLO CORRECTAMENTE
Si percibes una pensión por incapacidad permanente y deseas trabajar, es importante informar siempre al INSS antes de iniciar la actividad laboral. De esta forma, la Seguridad Social podrá valorar si el empleo es compatible con tu grado de incapacidad.
En caso contrario, el ocultamiento de actividad laboral podría considerarse un incumplimiento y dar lugar a la suspensión de la pensión.
En Fidelitis recomendamos solicitar asesoramiento especializado antes de aceptar un nuevo empleo, especialmente en los grados de total, absoluta o gran invalidez.
En resumen, tener una discapacidad del 65% no significa renunciar a trabajar. Es perfectamente posible mantener una vida laboral activa, siempre que las funciones desempeñadas sean compatibles con las limitaciones médicas reconocidas.
Además, existen numerosas ayudas y beneficios fiscales y laborales para fomentar la inclusión profesional de las personas con discapacidad.
Si tienes dudas sobre tu caso, o si percibes una pensión por incapacidad permanente y quieres saber si puedes trabajar sin perderla, nuestros abogados expertos en Fidelitis pueden ayudarte.
¿Tienes reconocida una discapacidad o una pensión por incapacidad y quieres saber si puedes trabajar legalmente? Contacta con Fidelitis: te asesoraremos de manera gratuita y confidencial para que tomes la mejor decisión según tu situación.
Revisado jurídicamente por Lucian Eduard Bighiu