La artrosis es una de las patologías más frecuentes entre los trabajadores en España, especialmente a partir de los 50 años. Sin embargo, existe mucha confusión sobre si puede o no ser considerada una enfermedad laboral.
En este artículo de Fidelitis te explicamos en qué casos la artrosis puede reconocerse como enfermedad profesional o derivada del trabajo, qué implicaciones tiene este reconocimiento y cómo reclamar si tu dolencia está relacionada con tu empleo.
QUÉ ES LA ARTROSIS Y CÓMO AFECTA AL TRABAJO
La artrosis es una enfermedad degenerativa que produce el desgaste del cartílago articular, provocando dolor, rigidez y pérdida de movilidad.
Aunque tiene un componente degenerativo y relacionado con la edad, también puede verse agravada o incluso desencadenada por movimientos repetitivos, posturas forzadas o sobrecarga articular durante años de trabajo.
Por eso, en determinados casos, la artrosis puede tener un origen laboral y ser reconocida como enfermedad profesional o como contingencia derivada del trabajo.
¿CUÁNDO SE CONSIDERA LA ARTROSIS UNA ENFERMEDAD LABORAL?
Para que la artrosis sea reconocida como enfermedad profesional, deben cumplirse ciertos requisitos establecidos en el Real Decreto 1299/2006, que aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en España.
Según la normativa, la artrosis puede tener origen laboral cuando está provocada por microtraumatismos repetidos o movimientos continuos que afectan a una articulación concreta.
Algunos ejemplos de casos en los que puede reconocerse son:
- Trabajadores de la construcción o de la industria pesada que realizan esfuerzos físicos constantes.
- Personal sanitario o de limpieza que realiza movimientos repetitivos o manipula cargas.
- Trabajadores agrícolas expuestos a posturas forzadas prolongadas.
- Conductores profesionales o trabajadores de transporte, por el mantenimiento de posturas fijas durante largas horas.
- Trabajadores de cadenas de montaje o fábricas, donde los gestos repetidos afectan a hombros, codos o muñecas.
En estos supuestos, la artrosis se considera una consecuencia directa del trabajo, y el trabajador puede solicitar su reconocimiento como enfermedad profesional ante la Seguridad Social.
ARTROSIS COMO ENFERMEDAD COMÚN O COMO ENFERMEDAD PROFESIONAL
Es importante distinguir entre los dos tipos de reconocimiento:
1. Artrosis como enfermedad común
Cuando la artrosis se desarrolla por causas naturales, edad o predisposición genética, se considera enfermedad común. En este caso, la mutua o el INSS la tratarán como una dolencia general, y la baja médica correrá a cargo de la Seguridad Social.
2. Artrosis como enfermedad profesional
Si la enfermedad tiene relación directa con el tipo de trabajo desempeñado, puede calificarse como enfermedad profesional o derivada de accidente laboral.
Esto implica una serie de ventajas para el trabajador:
- Cobro del 75 % del salario desde el primer día de baja.
- Mayor protección en caso de incapacidad permanente.
- Posibilidad de indemnización o recargo de prestaciones si se demuestra falta de medidas preventivas por parte de la empresa.
CÓMO DEMOSTRAR QUE LA ARTROSIS TIENE ORIGEN LABORAL
El reconocimiento de la artrosis como enfermedad profesional no es automático. Para que el INSS o la mutua lo acepten, es necesario aportar pruebas médicas y laborales que acrediten la relación entre la dolencia y la actividad desempeñada.
Los pasos más habituales son:
- Informe médico especializado que identifique la causa mecánica de la artrosis (microtraumatismos, sobrecarga articular, movimientos repetitivos, etc.).
- Historial laboral detallado, indicando los puestos desempeñados y las tareas repetitivas realizadas.
- Informe de riesgos laborales del puesto de trabajo.
- Testimonios o documentación de la empresa que demuestren la exposición prolongada a esfuerzos físicos o posturas lesivas.
Si el trabajador no está conforme con la calificación inicial (por ejemplo, si la mutua la considera enfermedad común), puede reclamar la determinación de contingencia ante el INSS o los tribunales laborales.
ARTROSIS Y DERECHO A INCAPACIDAD PERMANENTE
En los casos más graves, la artrosis puede provocar limitaciones funcionales permanentes que impiden seguir trabajando con normalidad.
En esos supuestos, el trabajador puede solicitar una incapacidad permanente derivada de enfermedad profesional.
El grado dependerá del nivel de limitación:
- Incapacidad permanente parcial: cuando reduce el rendimiento en su profesión habitual.
- Incapacidad permanente total: cuando impide realizar su trabajo habitual, pero permite desempeñar otro diferente.
- Incapacidad permanente absoluta: cuando impide cualquier actividad laboral.
- Gran invalidez: si el trabajador necesita ayuda de otra persona para realizar tareas básicas.
El reconocimiento de contingencia profesional puede implicar mayor pensión y mejores condiciones económicas.
En resumen, la artrosis puede considerarse una enfermedad laboral cuando está directamente relacionada con las condiciones del trabajo o con movimientos repetitivos mantenidos durante años.
Por eso, si sufres esta dolencia y crees que tu trabajo ha contribuido a su desarrollo, es importante que solicites una valoración médica y legal especializada.
En Fidelitis te ayudamos a demostrar el origen laboral de tu enfermedad y a reclamar la incapacidad permanente o las prestaciones que te correspondan.
¿Padeces artrosis y crees que tu trabajo la ha causado o agravado? Nuestros abogados expertos en incapacidad laboral y enfermedades profesionales te asesorarán sin compromiso.
Revisado jurídicamente por Sofía Cabeza Fernández

Directora de Análisis de Viabilidad de Fidelitis.
Número de colegiada: 132309 ICAM