Incapacidad laboral por hepatitis autoinmune
DEFINICIÓN: QUÉ ES LA HEPATITIS AUTOINMUNE
La hepatitis autoinmune (HAI) es una enfermedad crónica del hígado que se produce cuando el sistema inmunitario ataca las células hepáticas sanas. Esto provoca inflamación y daño al hígado, que puede progresar a cirrosis, insuficiencia hepática y, en casos raros, cáncer de hígado.
Existen dos tipos:
- Tipo 1: Es la forma más común y puede ocurrir a cualquier edad. A menudo está asociada con otras enfermedades autoinmunes.
- Tipo 2: Ocurre principalmente en niños y jóvenes, y puede estar asociada con otras enfermedades hepáticas autoinmunes.
Según las últimas estadísticas publicadas por la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), la prevalencia de la hepatitis autoinmune (HAI) en España es de 1-2 casos por cada 100.000 habitantes. Esto significa que, en España, hay aproximadamente entre 2.000 y 4.000 personas con HAI.
La HAI afecta a personas de todas las edades, pero es más común en mujeres (entre 2 y 4 veces más que en hombres) y en personas de raza blanca.
Además, se ha observado que aproximadamente el 25% de los pacientes con hepatitis autoinmune también presentan otras enfermedades autoinmunes. La pluripatología siempre aumenta las probabilidades de obtener un grado de incapacidad permanente.
CAUSAS LA HEPATITIS AUTOINMUNE
La causa de la hepatitis autoinmune (HAI) es desconocida, pero se cree que se debe a una combinación de factores genéticos y ambientales.
Los factores genéticos que pueden aumentar el riesgo de HAI incluyen la presencia de ciertos genes que se asocian con otras enfermedades autoinmunes, como la diabetes tipo 1 y la enfermedad de Graves. Estos genes pueden predisponer al cuerpo a desarrollar una respuesta inmunitaria autoinmune.
Los factores ambientales que pueden desencadenar la HAI incluyen infecciones, exposición a toxinas y estrés. Las infecciones, como la hepatitis viral, pueden activar la respuesta inmunitaria y provocar una reacción autoinmune contra el hígado. La exposición a toxinas, como el alcohol o ciertos medicamentos, también puede dañar el hígado y provocar una respuesta autoinmune.
Los estudios han encontrado que las personas con HAI tienen niveles elevados de anticuerpos autoinmunes, como los anticuerpos antinucleares (ANA) y los anticuerpos antimitocondriales (AMA). Estos anticuerpos se dirigen a las células del hígado y pueden provocar su destrucción.
También se ha encontrado que las personas con HAI tienen alteraciones en la respuesta inmunitaria. Estas alteraciones pueden hacer que el sistema inmunitario sea más susceptible a atacar las células del hígado.
SÍNTOMAS DE LA HEPATITIS AUTOINMUNE
Los síntomas de la hepatitis autoinmune (HAI) pueden ser leves o graves, y pueden variar en función de la gravedad de la enfermedad.
Los síntomas más comunes incluyen:
- Fatiga.
- Pérdida de apetito.
- Náuseas.
- Vómitos.
- Dolor abdominal.
- Ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos).
- Picazón.
- Hematomas fáciles.
- Hemorragias nasales.
Otros síntomas menos comunes son:
- Fiebre: La fiebre puede ser leve o alta, y puede ir acompañada de escalofríos.
- Dolor articular: El dolor articular puede afectar a cualquier articulación del cuerpo.
- Retención de líquidos: La retención de líquidos puede provocar hinchazón en las piernas, los tobillos y el abdomen.
- Alteraciones del ciclo menstrual: Las mujeres con HAI pueden experimentar alteraciones del ciclo menstrual, como ausencia de menstruación o menstruaciones irregulares.
- Infertilidad: Las mujeres con HAI pueden tener más dificultades para concebir.
En casos graves, la HAI puede provocar cirrosis, insuficiencia hepática y, en casos raros, cáncer de hígado.
Aproximadamente la mitad de las personas con HAI no presentan ningún síntoma al inicio de la enfermedad. En estos casos, la enfermedad se puede diagnosticar mediante un análisis de sangre rutinario que muestre niveles elevados de enzimas hepáticas.
Los síntomas de la HAI suelen aparecer gradualmente y pueden empeorar con el tiempo.
TRATAMIENTO DE LA HEPATITIS AUTOINMUNE
El tratamiento de la hepatitis autoinmune (HAI) se basa en la administración de medicamentos inmunosupresores, que ayudan a suprimir la respuesta inmunitaria y prevenir el daño al hígado. Los medicamentos inmunosupresores más utilizados para la HAI son:
- Prednisona: Es un corticosteroide que se utiliza para reducir la inflamación.
- Azatioprina: Es un medicamento que se utiliza para suprimir el sistema inmunitario.
- Micofenolato mofetilo: Es un medicamento que se utiliza para prevenir la proliferación de las células inmunitarias.
El tratamiento con medicamentos inmunosupresores suele ser eficaz en la prevención de la progresión de la enfermedad y la mejora de los síntomas. Sin embargo, es importante seguir el tratamiento durante toda la vida, ya que la interrupción del tratamiento puede provocar una recaída.
Los medicamentos inmunosupresores pueden tener efectos secundarios, como:
- Infecciones: Las personas que toman medicamentos inmunosupresores tienen un mayor riesgo de desarrollar infecciones.
- Problemas gastrointestinales: Los medicamentos inmunosupresores pueden causar problemas gastrointestinales, como náuseas, vómitos y diarrea.
- Problemas renales: Los medicamentos inmunosupresores pueden causar problemas renales.
- Osteoporosis: Los medicamentos inmunosupresores pueden aumentar el riesgo de osteoporosis.
Además del tratamiento con medicamentos inmunosupresores, las personas con HAI deben seguir una dieta saludable y evitar el alcohol. También deben realizarse análisis de sangre regulares para controlar la función hepática.
En algunos casos, la HAI puede progresar a cirrosis o insuficiencia hepática. En estos casos, puede ser necesario un trasplante de hígado.
ÚLTIMOS AVANCES EN HEPATITIS AUTOINMUNE
Los últimos avances en la investigación y tratamiento de la hepatitis autoinmune (HAI) abarcan varios aspectos importantes, como nuevos entendimientos sobre su etiología, diagnóstico y opciones terapéuticas.
Aunque la etiología de la HAI sigue siendo parcialmente desconocida, se caracteriza por un aumento de los niveles de transaminasas y de inmunoglobulina G, autoanticuerpos y un infiltrado inflamatorio portal con hepatitis de interfase en la biopsia hepática. El tratamiento estándar combina corticoides y azatioprina, pero entre el 20% y el 40% de los pacientes requieren terapias de segunda o tercera línea debido a la intolerancia o respuesta insuficiente.
Un estudio reciente enfocado en la reversibilidad de la fibrosis hepática inducida por el virus de la hepatitis C tras terapias antivirales sugiere la posibilidad de aplicar hallazgos similares al manejo de la HAI. Además, se ha desarrollado un modelo diagnóstico de HAI en lesiones hepáticas desconocidas basado en datos clínicos no invasivos, lo que podría mejorar el diagnóstico precoz y la precisión en la identificación de la HAI.
Otro estudio interesante ha investigado cómo el complejo 1 del objetivo mecanicista de la rapamicina (mTORC1) orquesta la interacción entre hepatocitos y células de Kupffer para determinar el resultado de la hepatitis mediada inmunológicamente, lo que podría abrir nuevas vías para terapias dirigidas específicamente a modulaciones inmunológicas en el hígado.
Estos avances reflejan el crecimiento continuo en la comprensión y tratamiento de la HAI, enfocándose en la personalización del manejo clínico y la exploración de nuevas vías terapéuticas. Aunque todavía hay mucho por descubrir, el progreso actual ofrece esperanza para mejores resultados clínicos para los pacientes afectados por esta condición crónica.
ASESORAMIENTO JURÍDICO Y LEGAL
En España es posible obtener una incapacidad permanente por hepatitis autoinmune. Sin embargo, no es automático y dependerá de varios factores, como la gravedad de la enfermedad, las limitaciones funcionales que provoca y la capacidad del paciente para trabajar.
Para solicitar la incapacidad permanente por hepatitis autoinmune en España, se debe seguir el siguiente proceso:
- Solicitar un informe médico a un médico especialista en hepatología o digestivo que detalle la gravedad de la enfermedad, las limitaciones funcionales que provoca y el tratamiento que está recibiendo el paciente.
- Presentar la solicitud de incapacidad permanente en el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). La solicitud se puede presentar telemáticamente, por correo postal o en persona en cualquier oficina del INSS.
- El INSS valorará la solicitud y emitirá un dictamen. Si el dictamen es favorable, se concederá la incapacidad permanente en el grado que corresponda (total, absoluta o gran invalidez).
Los requisitos para obtener la incapacidad permanente por hepatitis autoinmune son los siguientes:
- Tener la enfermedad diagnosticada.
- Estar afiliado a la Seguridad Social.
- Haber cotizado un mínimo de 180 días en los últimos 5 años.
- Tener una limitación funcional que te impida trabajar en tu profesión habitual.
Los grados de incapacidad permanente y sus requisitos son:
- Incapacidad permanente total: Se concede cuando la enfermedad impide al paciente realizar su trabajo habitual, pero puede realizar otro tipo de trabajo. Para obtenerla, el paciente debe tener una reducción de la capacidad laboral del 55% o más.
- Incapacidad permanente absoluta: Se concede cuando la enfermedad impide al paciente realizar cualquier tipo de trabajo. Para obtenerla, el paciente debe tener una reducción de la capacidad laboral del 65% o más.
- Gran invalidez: Se concede cuando la enfermedad, además de impedir al paciente realizar cualquier tipo de trabajo, necesita la ayuda de otra persona para realizar las actividades básicas de la vida diaria. Para obtenerla, el paciente debe tener una reducción de la capacidad laboral del 75% o más.
Es importante tener en cuenta que el proceso de solicitud de incapacidad permanente puede ser largo y complejo. Se recomienda contar con la ayuda de un abogado especialista en incapacidad laboral para presentar la solicitud y defender los derechos del paciente.
En resumen, aunque la hepatitis autoinmune puede ser una causa de incapacidad permanente en España, la concesión de esta depende de la evaluación individual de cada caso, la gravedad y las enfermedades asociadas, así como la presentación de informes médicos adecuados.
FAQs sobre incapacidad por hepatitis autoinmune
¿Aún te quedan dudas en materia jurídica y legal? Respondemos a tus preguntas.
Como cualquier enfermedad, lo que determina el tipo de incapacidad laboral es cómo afectan las secuelas a tu capacidad para trabajar.
En nuestros días se han obtenido sentencias favorables de incapacidad laboral por hepatitis autoinmune. Cuando el INSS ha concedido la incapacidad, la mayoría de las veces ha consistido en una incapacidad permanente absoluta. También es verdad que, en multitud de ocasiones, la hepatitis autoinmune suele venir acompañada de otras patologías que pueden agravar el estado de salud de la persona afectada, alcanzando una Gran Invalidez. Es por ello que es posible obtener la dependencia o una pensión por incapacidad laboral en cualquiera de sus grados si además de la hepatitis autoinmune concurren otras patologías.
Si ha existido algún tipo de agravamiento de las secuelas de la hepatitis autoinmune o has desarrollado una nueva patología, puedes solicitar una revisión de grado por agravamiento para obtener la absoluta o la gran invalidez, de modo que tu pensión se vería incrementada sensiblemente.
El importe de la pensión depende del grado de incapacidad laboral que obtengas. Si se trata de una total el cálculo se realiza sobre las bases de cotización de los últimos 8 años y, por ejemplo, si tu salario bruto ha sido de 1.500 euros al mes de media, entonces cobrarás una pensión del 55% de los 1.500 euros; es decir, 825 euros brutos, y del 75%, es decir, 1.125 euros brutos, a partir de los 55 años si no estás trabajando en otro empleo que sea compatible con la pensión.
Si se trata de una absoluta el cálculo se realiza igual que en el caso anterior, así que con el mismo ejemplo de salario entonces cobrarás una pensión de 1.500 euros netos ya que no está sujeta a retención.
En el caso de obtener una gran invalidez, además del importe de la absoluta, cobrarás un complemento de mínimo el 45% y hasta un 90% aproximadamente. Es decir, si nos fijamos en el ejemplo anterior, una persona que haya estado cotizando de forma estable en base a 1.500 euros puede llegar a cobrar una pensión de mínimo 2.175 euros y hasta aproximadamente 2.850 euros.
Además, si una persona ha estado cotizado a bases máximas de cotización, las pensiones por gran invalidez pueden superar incluso los 4.500 euros, ya que, aunque la pensión máxima para 2024 es de 3.181,60 euros netos, el complemento de gran invalidez se calcula sobre la base de cotización, así que podemos obtener pensiones de un altísimo valor económico para una gran invalidez y, por supuesto, tampoco están sujetas a retenciones.
En el caso del grado de discapacidad, lo que se mide es cómo te afectan las secuelas de la enfermedad a todos los aspectos de tu vida diaria, desde que te levantas hasta que te acuestas, incluidas tus relaciones laborales, sociales, familiares, etc.
En este caso dependerá del grado de avance de la enfermedad y de sus secuelas, pero lo normal es que con un grado de afectación moderada se pueda obtener el mínimo del 33%, y en los casos más graves, cuando además de la hepatitis autoinmune concurren otras patologías, se supere el 65%.
Nuestros abogados especialistas en discapacidad te asesorarán sobre cualquier duda legal que te pueda surgir.
La dependencia mide cómo afectan las secuelas de la enfermedad a la realización de los actos básicos de tu vida diaria: higiene, alimentación, desplazamiento, etc., así que, en los casos avanzados de la patología, cuando ataca a varios órganos o gravemente a alguno de ellos, se puede obtener cualquiera de los 3 grados de dependencia; esto es, dependencia moderada, severa o gran dependencia.
No, la empresa no se va a enterar de que estás tramitando la incapacidad laboral, excepto que tú mismo se lo digas y, por supuesto, no estás obligado a informar de que la estás solicitando. Es una información absolutamente confidencial.
No es obligatorio esperar a agotar los plazos de la baja médica para solicitar la incapacidad laboral; es más, es preferible no esperar a agotarlos, ya que, de esta manera, si la solicitud la haces tú sin esperar a que la inspección intervenga, serás tú mismo quien tenga el control de tu expediente sabiendo en cada momento qué documentos quieres presentar en la solicitud, etc.
Lo que sí es siempre recomendable es que estés muy bien informado de los pasos a seguir y qué documentos te favorecen y cuáles no y, a ser posible, que te pongas en manos de abogados especialistas en incapacidad laboral permanente.
Sí. Si aún no has cumplido los 65 años, puedes solicitarla, y además están en la obligación de dártela y, por lo tanto, lo normal es que obtengas una pensión superior a la que estás cobrando actualmente.
En el caso de haber superado los 65 años de edad se podría intentar, pero el caso se complica y habrá que acudir con absoluta seguridad a los tribunales de justicia siempre que podamos demostrar que el hecho causante es anterior a la edad legal de jubilación.
Aquí tienes más información sobre jubilación anticipada por enfermedad crónica.
El Real Decreto de marzo de 2019 trata sobre la adaptación del puesto de trabajo e insta a hacer un esfuerzo para que las personas que sufren una determinada enfermedad (en este caso, hepatitis autoinmune) traten de obtener mejoras en sus puestos de trabajo en términos de flexibilidad horaria, teletrabajo, adquisición de herramientas tecnológicas, mayor luminosidad, etc., pero la realidad es que se trata de un traje a medida para cada trabajador y empresa.
En estas circunstancias se abre un espacio de negociación con el empresario que debe demostrar que ha realizado sus máximos esfuerzos para realizar dicha adaptación, pero no significa que para ello deba hipotecar, por ejemplo, su viabilidad financiera.
Por este motivo, lo mejor es hacer un análisis pormenorizado de las necesidades y de las posibilidades de la empresa para tratar de llegar al mejor escenario posible para el empleado acorde con las posibilidades de la empresa.
La Ley General de la Seguridad Social dice exactamente que puedes hacerlo siempre y cuando tu nuevo trabajo esté especialmente adaptado a las secuelas de tu enfermedad.
Si tienes una total no hay problema. Lo único que no puedes hacer es desarrollar las mismas tareas que hacías en el trabajo que desarrollabas cuando te dieron la incapacidad laboral.
Pero en el caso de la absoluta o la gran invalidez, la experiencia nos dice que puedes hacerlo únicamente en centros especiales de empleo que, efectivamente, cumplan con estos requisitos y, además, realizando obviamente los trámites adecuados ante la Administración para compatibilizar pensión por incapacidad laboral y nuevo empleo.
Claro que puedes denunciarlo. Además, debes hacerlo para tratar de que no les suceda a otros en el futuro. Dependiendo del tipo de discriminación a la que hayas sido sometido, el procedimiento y el organismo es diferente, desde Instituciones Públicas como Ayuntamientos, Comunidades Autónomas, etc., pasando obviamente por llevar al infractor ante los tribunales de justicia.
El acoso laboral es otro tipo de discriminación que, además, dependiendo del grado, puede incluso estar tipificada como delito penal.
Lo primero que debes hacer es documentar el acoso con todo el material del que dispongas (emails, grabaciones, testimonios, etc.) para, a continuación, ponerlo en manos de un abogado especialista en acoso laboral que te ayude a poner fin al hostigamiento y te proteja dentro de tu entorno laboral.
ASOCIACIONES CON LAS QUE COLABORAMOS
En Fidelitis colaboramos y prestamos cobertura jurídica a las principales asociaciones españolas de hepatitis, como:
- Organización Nacional De Afectados Por Hepatitis
- ANDAAHC- Asoc. Nacional para la Defensa y Ayuda de Afectados por la Hepatitis C
- AMAHC - Associació Mallorquina d'afectats per Hepatitis C
Si necesitas ayuda o quieres que intercedamos por ti, contacta con nosotros en consultas@fidelitis.es facilitándonos tus datos personales y tu localidad.
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